La sexualidad es un universo complejo en el cual intervienen aspectos tanto biológicos, como psicológicos y sociales.
La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
Encontrar una definición de sexualidad es una tarea difícil ya que la sexualidad hace referencia a un concepto multiforme, extenso, profundo y variadísimo de elementos que todos unidos forman el concepto de sexualidad como un todo.
La sexualidad es un término dinámico.
La sexualidad es vivida y entendida de modos diversos en a lo largo y ancho de la geografia mundial atendiendo a las diferentes culturas, ideales, modelos de sociedad y de educación.
Además de este condicionante socio-cultural, debemos tener en cuenta que la sexualidad es un concepto dinámico que ha ido evolucionando de la mano de la Historia del ser humano.
No podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos.
Elementos de la sexualidad
Podemos destacar algunos elementos que se engloban dentro del concepto de sexualidad:
El impulso sexual
El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual inmediato, como a la procreación.
Identidad sexual y orientación sexual
La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos (heterosexualidad. homosexualidad o bisexualidad)